Shadow man remastered (1999/2021)

Shadow man es un videojuego de aventuras y acción ambientado en escenarios del mundo real y de la «zona muerta«, una especie de infierno lleno de trampas, sangre y criaturas desarrolladas a partir de almas humanas. Durante unas 20-30 horas tendremos que recorrer los diferentes niveles en busca de almas oscuras, que nos van desbloqueando nuevas áreas y nos otorgan nuevas capacidades para seguir explorando hasta poder acabar con  los 5 enemigos principales que están planeando una conquista del mundo de los vivos por parte de la zona muerta, el clásico «desatar el infierno en la tierra».

Con un control en 3º o 1º persona manejamos a Michael Leroy, un hombre con un triste pasado que, con ayuda de una sacerdotisa vudú, consigue el poder de trasladarse a la zona de los muertos y poder retornar a la zona viva, aún permaneciendo con un sufrimiento y tormento constante. Nuestro protagonista posee una gran movilidad, pudiendo correr, saltar, agarrarnos y desplazarnos por cornisas, impulsarnos hacia atrás, agacharnos, nadar, bucear, empujar objetos y manipular ciertos mecanismos. También podremos manejar armas de fuego y armas vudú, en principio exclusivas de la zona muerta, que disparan desde la distancia proyectiles a diferentes frecuencias y potencia.

La exploración es la base absoluta de la jugabilidad, teniendo que investigar a fondo cada esquina de los simétricos niveles para no dejarnos almas oscuras olvidadas. Alrededor de cada escenario encontraremos multitud de jarrones y otros recipientes que guardan pequeñas almas que nos recuperan algo de salud, así como unas calaveras que nos reponen la barra de energía para la munición de las armas vudú. También encontraremos unos objetos llamados cadeaux (regalo en francés), que se pueden ofrecer de 100 en 100 como ofrenda a los loa, unos espíritus del vudú haitiano, para obtener una barra de vida mayor. Hasta más de 650 cadeaux hay repartidos y escondidos por los enormes escenarios, lo que da una idea de la enormidad y complejidad de los niveles en el juego. Es todo un logro encontrarlos todos, y también muy divertido descubrir a fondo los entresijos de cada zona en busca de estos curiosos objetos.

El combate es bastante frecuente, y aunque no tenemos muchas opciones de variar estos encuentros, hay suficientes tipos de enemigos y armas como para no sentir demasiada repetición. En la mayoría de combates debemos movernos mientras disparamos para ir esquivando los ataques, para lo que tenemos la capacidad de rodar en diferentes direcciones para evitar golpes en el último instante. Tenemos capacidad de fijar el apuntado en un enemigo concreto con un autoapuntado bastante eficiente y efectivo, que nos permite disparar mientras corremos, saltamos o estamos agarrados de una cornisa o cuerda. Resulta bastante satisfactorio la gran movilidad del personaje así como la fluidez que nos otorga el poder disparar sin parar nuestra acción. Además podemos enfundar y desenfundar las armas a nuestro antojo para ser más hábiles con las manos libres en el plataformeo, y especial mención a poder equipar 2 armas a la vez, una en cada mano, con total libertad y generando múltiples combinaciones de ataque y defensa. Encontraremos grandes multitudes de enemigos que confrontar a la vez, por lo que hay que reaccionar rápido y si estamos quietos disparando es probable que muramos muy rápidamente. El juego invita a que seamos ágiles en estas batallas, pero también podemos jugar mediante cámara en 1ª persona y apuntar manualmente desde la distancia para intentar infligir daño desde un escondite o simplemente para acertar en ciertas zonas de los enemigos o disparar con libertad.
Vamos a descubrir un buen puñado de enemigos diferentes, desde simples babosas que se arrastran por el suelo y zonas encharcadas, hasta enormes criaturas demoníacas muy peligrosas. Es muy interesante, no solo la variedad en formas y tamaño de los enemigos, sino sus diferentes comportamientos. Algunos con forma humanoide se limitan a gritar y absorber nuestra vida desde la lejanía, otros muchos nos lanzan proyectiles desde la distancia, otros son rápidos y se acercan a nosotros para golpear, algunos voladores ágiles evitan fácilmente nuestros ataques y también encontraremos enemigos con protecciones y que pueden atacarnos de muchas maneras. Cabe destacar los jefes finales, también muy versátiles y con sorprendentes morfologías y ataques, desde espíritus que se desvanecen y teletransportan a enormes moles que nos pueden aplastar o atacar desde lejos. Realmente es un disfrute enfrentarse a esta variedad tan grande de enemigos, además del gran arsenal del que disponemos, sobre todo en los compases finales de la aventura. Desde nuestra fiel pistola de almas con munición infinita y con posibilidad de cargar cada disparo, hasta ametralladoras, escopetas o armas vudú que lanzan fuego, crean explosiones o nos sirven de escudo temporal. Muchas de las herramientas vudú que vamos consiguiendo por los diferentes niveles también funcionan para abrir nuevos caminos o desbloquear zonas secretas con suculentas recompensas. Algunas son totalmente necesarias para progresar en la historia principal

Una de las partes más sobresalientes es el intrincado diseño de niveles, con grandes mapas que se bifurcan y ofrecen varios caminos y atajos. Tendremos que ir memorizando muchas de estas zonas para recorrer los niveles de forma fluida y si no queremos perder demasiado tiempo pasando una y otra vez por las mismas zonas. No disponemos de mapa que nos ubique, lo cual puede ser visto como un defecto o como un añadido bienvenido para aumentar la dificultad del título. Destacar niveles como los templos donde adquirimos nuevas habilidades relacionadas con tolerar el fuego para superar barreras, donde el plataformeo, las enormes salas llenas de trampas, los jefes finales y las escondidas almas oscuras confluyen en una experiencia jugable muy completa, recordando a los niveles más complejos de los Tomb Raider clásicos. También hay niveles en el mundo real muy destacables, como son el caso del campamento de verano en Florida, que contiene un pantano, cuevas y toda una instalación subterránea de enormes dimensiones con multitud de caminos. También el metro de Londres en la estación Downstreet está increíblemente construido, con una complejidad y variedad de ambientes que rara vez alcanzan los niveles de juegos actuales.

La ambientación lograda, sobre todo en la zona muerta, es realmente única y transmite todo el mal rollo e incertidumbres posibles. Navegar por estos niveles, con los ruidos de las criaturas de fondo es bastante espeluznante, además de las trampas macabras y escenas desagradables que presenciamos a lo largo de estos niveles, recordando poderosamente al otro mundo de la saga Silent Hill.
La interconexión lograda entre todos los niveles de la zona muerta es realmente un trabajo de arquitectura asombroso, con las múltiples rutas, zonas secretas, atajos y caminos que nos llevan hasta la siguiente zona. Cada área está dotada de una ambientación característica aún con una gran cohesión que rápidamente identificamos como propia. Se parecen, pero son muy fácilmente diferenciables al mismo tiempo. El tipo de plataformeo, trampas y enemigos va cambiando y se va haciendo más complejo, así como la cantidad de zonas desbloqueables gracias a las nuevas herramientas. El backtracking es una constante tras las 5-6 primeras horas de juego, obligándonos a explorar a fondo cada escenario ya conocido para encontrar más zonas recónditas guardando almas oscuras. Éstas nos permitirán desbloquear puertas de mayor nivel que nos dan acceso a las siguientes áreas. Además de las diferentes herramientas que desbloquean zonas o nos permiten manipular algunos mecanismos, nos encontramos con puzzles de varios tipos, como uno donde tendremos que posicionar unas válvulas en determinada posición para bloquear unos pistones. A veces las indicaciones no son tan obvias y se encuentran incluso dentro de alguno de los extensos documentos que iremos recogiendo. Pero el principal rompecabezas es la propia orientación dentro de los laberínticos escenarios para poder alcanzar cierta zona sin perdernos. De todas formas, a través de un osito de peluche que nos vincula sentimentalmente con nuestro fallecido hermano, podemos teletransportarnos rápidamente a los 20 niveles principales tras haber recorrido cierta parte de su extensión.

Como guinda de la jugabilidad, y posiblemente inspirado por la saga Zelda, tenemos una mejora de atributos del personaje y algunos elementos rpg que encajan como un perfecto engranaje en el conjunto de la aventura, dotándola de una mayor envoltura. Podremos conseguir herramientas como una eficiente linterna o tarjeta de seguridad que nos serán de vital importancia para navegar por algunos niveles de la zona real.

La historia posee un profundo lore y está muy cuidada desde el principio hasta el final. Si bien la presentación es algo caótica, entregándonos una cantidad de información demasiado alta en poco tiempo como para poder procesar todo lo que está ocurriendo a la vez en el inicio del juego, el guión se va desarrollando lentamente y con esporádicas escenas y encuentros con los personajes secundarios que nos aclaran todas las dudas que pudiéramos tener. Cada asesino está dotado con una personalidad notoria y particular, así como Netty o Jaunty, nuestros aliados a los que podemos recurrir para poder pedir ayuda si nos despistamos en nuestro objetivo inmediato. El tono de la historia es dramático y terrorífico en base, pero siempre hay espacio para el humor negro y comentarios desenfadados, lo cual dota de un aura muy elaborado al ambiente del juego. Juegos posteriores como The Suffering, fueron claramente influenciados por esta aventura, tanto en su guión, atmósfera, jugabilidad o estructura de niveles, aún sin llegar al nivel sobresaliente de Shadow man.

El sonido destaca, tanto en efectos de ambiente como en las voces de los personajes, todo roza un gran nivel, considerando la antiguedad del juego. La música es especialmente destacable, con una banda sonora muy amplia con una riqueza de temas pocas veces vista en aquella época. Hay composiciones que casan perfectamente con cada escenario, y que sumado a los efectos ambientales dotan de una ambientación exquisita a los niveles. Pero es además de esa clase de pistas que se pueden escuchar independientemente como un disco de música y disfrutar plenamente de lo buenas que son.

Tecnológicamente el juego destacaba en su época de lanzamiento original, con unos modelados muy detallados, así como unos escenarios nítidos que se podían navegar en su totalidad. Con esta remasterización podemos disfrutar de unos efectos de luz dinámica realistas que dotan de una solidez y volumen muy adecuados al acabado general. Los efectos del fuego, así como las animaciones lucen bastante bien. Las caras de los personajes y la simpleza o poco detalle en los poligonales escenarios es donde más se notan el paso de los años, pero nunca es un problema y está bastante bien enmascarado con un potente apartado artístico de muy buen gusto.

Un juego tremendamente innovador para la época en que se lanzó, con una historia compleja y cuidada hasta el mínimo detalle. Un lore trabajado e imponente, que además pocas veces ha sido explorado tras esta épica y terrorífica aventura. Con una jugabilidad a medio camino entre Tomb Raider, Zelda y Silent Hill, tenemos de resultado un cóctel ambicioso de aventura de acción-survival horror y plataformas profundo con toques de rpg. Y de forma impresionante sale exitoso en todas sus facetas, además de sobresalir con una estructura de enormes niveles dinámicos y explorables en su totalidad, que además derrochan un apartado artístico asombroso. Un buen control de un personaje con gran agilidad, que tiene un set de movimientos muy elevado y que además permite jugar tanto en 1ª como en 3ª persona. Un combate variado con multitud de enemigos con diferentes comportamientos y acceso a una gran posibilidad de armas redondean la jugabilidad. Una ambientación única y personal que se distingue perfectamente de cualquier otro título, con gran presencia de representaciones terroríficas de la psicopatía de asesinos, mezclada con la cultura vudú, el propio infierno y diferentes localizaciones realistas alrededor del mundo. El cuidado diseño de sonido con geniales doblajes, efectos de sonido trabajados y una música ambiental que sobrecoge y acompaña perfectamente terminan por dar la guinda al pastel. Sólamente la excesiva longevidad del título y el backtracking exagerado en algunos momentos si queremos conseguir todos los coleccionables pueden hacer algo tedioso el recorrer más de una vez los laberínticos y enormes niveles, pero para muchos ésto puede ser una delicia dada la estabilizada moda de niveles lineales y extremadamente guiados que hay en la industria videojueguil. Un clásico atemporal y una joya no suficientemente reconocida de 1999, que en esta versión remasterizada pule y mejora cada aspecto.

9

Deja un comentario