Enslaved: odyssey to the west (2010)

Enslaved es una aventura de acción de unas 10 horas ambientada en un entorno postapocalíptico lleno de trampas y peligrosos mechas donde manejamos a un fuerte y ágil protagonista acompañado de Trip, una mujer con grandes habilidades tecnológicas con la que estamos íntegramente vinculados y forzados a viajar juntos.

Muy esclavo de su época es este título, que contiene casi todos los elementos típicos de los juegos de PS3/Xbox 360, como el plataformeo guiado, entornos pasilleros, personaje acompañante, secuencias de acción espectaculares con derrumbes inesperados y mezcla de combate cuerpo a cuerpo con shooter.
La variedad y el cambio de objetivos en cada nivel consigue que, aunque la jugabilidad no sea muy amplia y profunda, el juego no se sienta monótono. Habrá zonas donde el enfoque esté en el combate, otras con secciones de plataformas, defensa de alíados, persecuciones, evasión de trampas e incluso zonas con algunos puzzles interesantes. La exploración nunca es importante y solo tendremos pequeñas bifurcaciones o algunos caminos algo escondidos que ocultan coleccionables, en este caso unas máscaras que nos permiten ver memorias del pasado.

El plataformeo es la mecánica que más destaca del título, y realmente la arquitectura de los niveles es compleja, con muchos niveles de altura para poder hacer gala de la increíble movilidad y agilidad de nuestro protagonista Monkey, al que no le han escogido de forma azarosa el nombre. Lo mejor es la fluidez y lo bien que se encadenan unos movimientos con otros mientras avanzamos por las plataformas. Es bastante divertido visualmente la gracilidad de Monkey, pero por desgracia es demasiado simple y automático a los mandos, sin casi posibilidad de fallar e incluso sin dejarnos caer desde las alturas aunque lo intentemos. El personaje calcula automáticamente cada movimiento y nosotros apenas tenemos que indicar levemente la dirección de salto para que Monkey se deslice por pendientes, balancee por barras, se desplace entre cornisas y escale entre diferentes puntos de agarre. En este sentido recuerda al automatismo de Remember Me, lo cual le quita bastante interés jugable por mucho que visualmente sea bonito. Tendremos incluso la posibilidad de manejar en algunos niveles una especie de «nube» en la que montamos y podemos esquiar sobre agua y tierra a gran velocidad, mientras esquivamos obstáculos, atrapamos potenciadores de velocidad o saltamos. Son secciones cortas en áreas amplias que están bien planeadas y dotan de versatilidad a la campaña.
Gracias a nuestra compañera Trip podremos ver la ruta a seguir o minas ocultas en los caminos. Una libélula robótica programada por ella nos señalará los puntos clave para alcanzar, objetos con los que interactuar e incluso enemigos ocultos, lo que dota de un punto estratégico a algunos niveles interesante.

Encontraremos numerosas secuencias de acción, persecuciones, uso de torretas ametralladoras o escenarios que se derrumban a nuestro paso, dotando de un aspecto muy cinemático y espectacular al título, al estilo de Uncharted 2, aunque no llegando nunca a esa calidad. El viaje de Trip y Monkey transcurre a lo largo de varios días, con cambios en la historia que hacen que el objetivo principal en nuestra misión vaya cambiando, desde escapar con vida hasta una venganza, pasando por niveles muy diferentes en ambientación.

El combate es el otro pilar principal, el cual cumple de forma justa. En su aspecto más básico, Monkey puede usar un bastón de Kung Fu para derribar a los mecas con algún sencillo combo, ataques normales y potentes, sin apenas variación. Podremos ir mejorando y ganando habilidades, como la posibilidad de contraatacar, atacar tras esquivar o algún movimiento más destructivo, pero sin ofrecer nunca muchas posibilidades. También podremos lanzar nuestro palo desde la distancia, tanto para destruir algunos mecanismos como para aturdir o dañar a enemigos a modo de shooter muy básico. Hay poca variedad de enemigos, siendo algunos invulnerables a ciertos tipos de ataque y con patrones de comportamiento similares. Hay unos cuantos jefes finales que sí son interesantes y suelen recurrir a la interacción con el escenario para poder derrotarles siguiendo sencillas estrategias que nos marcarán de forma intuitiva. Lo bueno es que en muchas misiones podremos colaborar con nuestra compañera, por ejemplo dando órdenes para que distraiga a varios mecas y así nosotros poder cruzar zonas con los enemigos despistados. Con Trip también podremos dar órdenes para que sea ella la que cruce zonas mientras distraemos nosotros a los enemigos. El control de la IA de Trip no es demasiado bueno, pero más o menos se ajusta y nos permite completas los capítulos sin problemas. Podremos incluso cargar a cuestas con Trip o ayudarla a realizar saltos. Ella puede desbloquearnos caminos posteriormente, en una interacción cooperativa que recuerda mucho a juegos como Resident Evil 5, donde ambos personajes se ayudan con sus diferentes capacidades para seguir progresando.

Tecnológicamente el juego lucía bien en su época, con escenarios muy coloridos y saturados, combinaciones opuestas de tonos fríos y calientes que destacan y atrapan nuestra atención. El uso de la luz es bastante convincente, si bien la calidad de texturas y los modelados arquitectónicos de algunos escenarios son algo pobres y genéricos. El juego es bastante lineal por lo que podía sacar un poco más de partido recreando con fidelidad los niveles, donde se mezclan las ruinas de ciudades con una naturaleza exuberante o montones de chatarra robótica. Los personajes tienen buenas animaciones y modelados para su época, se nota un duro trabajo para dotar de expresiones realistas a los protagonistas.
En el apartado artístico es un juego con personalidad propia, habiendo creado un mundo que, aunque parece muy inspirado por otras aventuras postapocalípticas como Mad Max, consigue recrear un universo con sentido y que nos motiva para seguir adelante. Incluso parece que juegos posteriores muy aclamados como Horizon Zero Dawn pudieron coger varios elementos relacionados con el lore del juego y sus enemigos.
La BSO funciona correctamente y acompaña bien en determinados momentos, pero como a menudo ocurre en otros apartados, no encontraremos nada muy destacable. El doblaje sí tiene una muy alta calidad, así como la mayor parte de efectos de sonido, lo que ayuda a la inmersión y a darle más profundidad a la historia.

La narrativa tiene mucho peso en Enslaved, y de hecho está bastante trabajada. A Ninja Theory le preocupa contar historias bien trabajadas como después demostraron con Hellblade -curioso que Trip guarde un gran parecido con la protagonista de este juego, Senua-.
En general es muy predecible, desde los sucesos que van ocurriendo a las caracterizaciones de los 3 personajes principales, que son bastante cliché. Muchas cinemáticas entre capítulos y en medio de éstos nos van contando la historia aventurera llena de giros y acción. En cualquier caso el duo Monkey-Trip funciona muy bien y se les termina cogiendo cariño. Se desarrolla una relación que va desde la indiferencia y la desconfianza inicial hasta un progresivo cariño, lealtad y devoción que pudo ser inspiración para lo que Naughty Dog consiguió 3 años más tarde en The last of us con la genial relación entre Ellie y Joel.

Un divertido juego que es competente en todas sus facetas, aunque no termine de despuntar en ninguna. Una aventura sencilla con bastante buena narrativa, que nos ofrece un poco de combate intenso, puzzles colaborativos y plataformeo guiado en niveles lineales que combinan con acierto naturaleza explosiva con entornos industriales salpicado de numerosas cinemáticas cargadas de acción.

La aventura independiente con Pigsy, de unas 3 horas de duración, es bastante recomendable al seguir un patrón jugable bastante diferente. Se enfoca en el sigilo y la estrategia de manejar 4 tipos de granadas, aunque el combate tipo shooter y el plataformeo siguen bastante presentes, con grandes variaciones otorgadas por la propia naturaleza del personaje. Es curioso que es de las pocas veces que nos han dejado controlar a un protagonista obeso en un videojuego, algo bastante destacable.

7’6

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